¡Buenos días, buenas tardes comunidad craft! Espero que la estén pasando igual de bien que yo, el Crafter del Sur. Me encuentro recorriendo la maravillosa región de Los Lagos; una tierra hermosa, mágica, hasta encantada diría yo. Se siente un hechizo en el aire del que no puedo escapar. No hay forma de avanzar muchos kilómetros en mi viaje sin sentir la necesidad imperiosa de probar una y otra y otra de las deliciosas cervezas que aquí habitan.
Entrando a la región, me dirigí directamente a Greed en pleno Osorno, me recibió un lúpulo con cara de grinch, me invitó a pasar al hermoso tap room que tiene. El día otoñal me decía que me fuera por una cerveza maltosa, con cuerpo y con mucho carácter, y empezó el hechizo, esa ámbar me encantó. Obviamente no pude beber sólo una ya que, a pesar de su maltosidad, tiene un final seco preciso que te invita a ir siempre por otro sorbo. Muy a pesar mío mi viaje debía continuar, y luego me dirigí a Llanquihue, donde dos amigos de Norteamérica, fanáticos de la NBA tienen una cervecería con onda deportiva y con música en vivo que tienen que conocer, es sencillamente fantástica. ¿Adivinaron de cuál lugar estoy hablando? ¡Si pensaron en Chester déjenme decirles que acertaron! La estrella roja que guía mi viaje en las horas de oscuridad. Aquí la joyita de la casa se llama Dos Kombis, una Pale Ale muy chilena, muy del sur. La misma onda, cerveza perfecta para este frío otoño; cuerpo, carácter y mucha, pero mucha tomabilidad, ¿o seré yo que me gustan todas? ¿Será parte del hechizo? El tema es que me tuve que pedir un pulled pork, muy gringo, muy rico.
Luego de mucho rock and roll mi viaje nuevamente debía continuar. No muy lejos de ahí escuché de una cerveza que se llama Bosques, como no podía faltar en esta tierra tan verde y fui para allá, si bien es cierto también tienen una Pale Ale extraordinaria, esta vez quise incursionar en el lúpulo. Les dije que pasan cosas extrañas en el sur, ¿verdad? Pues bien, con su Blonde Ale de repente ya no estaba en Puerto Varas; ¡estaba en Bélgica! Una muy buena cerveza, que si bien es cierto a simple vista parece una rubia inocente, déjenme decirles que es un mundo de sabor, perfecta para empezar en a recorrer el Mundo Craft. Ya era momento de descansar, pero no podía parar. Sencillamente me faltaba un último lugar por encontrar, otra experiencia para contar. Y un clásico de esta zona; me fui a Fresia, a una cervecería de campo, una cerveza medio chilena medio alemana, una cerveza hecha por una gran mujer, de mucho ñeque. Si están pensando en Cerveza Neumann, nuevamente acertaron. Me esperaba Jan con unas maravillosas bratwurst y Natalia con un Mass de Rötlich, vale decir un litro final de cerveza roja, como el ocaso del sol. Y hasta aquí por hoy, ya ha sido mucha diversión. Muchas gracias sur querido, espero que quienes lean este relato puedan sentir algún día este hechizo de sed que se apaga sólo con cerveza.
Buenos días, buenas tardes.